Speedwatching: ¿ver más o entender menos?

En la era del contenido infinito, el tiempo parece cada vez más escaso. Entre series, documentales, videos de YouTube y cursos online, muchos optan por una práctica que se vuelve cada vez más común: ver contenido en velocidad aumentada. A eso se le llama speedwatching, y aunque puede parecer una solución eficiente, también plantea preguntas interesantes sobre cómo consumimos información.

¿Qué es el speedwatching?

El speedwatching es el hábito de ver videos, películas, series o cualquier tipo de contenido audiovisual a una velocidad mayor a la normal. Generalmente se usan opciones como 1.25x, 1.5x o incluso 2x, disponibles en plataformas como YouTube, Netflix o reproductores de video.

El objetivo principal suele ser ahorrar tiempo y aumentar la productividad, especialmente cuando se trata de contenido educativo o informativo. Pero… ¿realmente ganamos más al acelerar?

¿Por qué tanta gente lo hace?

1. Optimización del tiempo:
En un mundo acelerado, time is money. Muchos creen que si pueden ver una clase de 1 hora en 40 minutos, están siendo más eficientes.

2. Consumo masivo de contenido:
Hoy consumimos más contenido que nunca. Series, podcasts, tutoriales… todo parece urgente. El speedwatching permite “ponerse al día” más rápido.

3. Mente entrenada para lo rápido:
La generación digital creció con estímulos visuales veloces, multitasking y scroll infinito. Ver algo a velocidad normal puede sentirse… lento.

¿Cuáles son las ventajas del speedwatching?

✅ Ahorro de tiempo: Ideal para contenido técnico o repetitivo. Muchos cursos en línea, por ejemplo, permiten entender lo esencial sin perder tiempo en pausas largas o explicaciones básicas.

✅ Mayor enfoque (en algunos casos): Al ver algo más rápido, algunas personas se concentran más, ya que la mente no tiene tiempo de distraerse.

✅ Control sobre el contenido: El usuario decide cuánto tiempo invertir, adaptando la experiencia según sus necesidades.

¿Y las desventajas?

⚠️ Menor retención de información:
Ver a alta velocidad puede afectar la comprensión profunda, especialmente si el contenido requiere análisis o reflexión.

⚠️ Pérdida de matices:
El tono, las pausas, los gestos, la música… todo eso también comunica. Al acelerar, se pierde parte del mensaje emocional y narrativo.

⚠️ Ansiedad informativa:
El hábito puede volverse adictivo y fomentar la idea de que todo debe ser consumido rápido, afectando incluso la paciencia en otras áreas de la vida.

Speedwatching en la educación: ¿sí o no?

En ambientes educativos, el speedwatching es una herramienta cada vez más usada por estudiantes para repasar clases grabadas o conferencias.
Sin embargo, muchos expertos recomiendan usarlo con criterio:

🔹 Para repasar contenidos ya conocidos, puede ser útil.
🔹 Para aprender algo por primera vez, lo mejor es ir a velocidad normal.
🔹 Combinar velocidad + pausas para tomar notas mejora la retención.

¿El speedwatching afecta nuestra forma de pensar?

No hay consenso definitivo, pero algunos estudios sugieren que el consumo acelerado de información puede entrenar al cerebro a buscar gratificación rápida, dificultando la concentración sostenida o la reflexión profunda. En otras palabras, ver rápido puede hacerte pensar corto.

Entonces… ¿vale la pena practicar speedwatching?

Como casi todo en la vida digital: depende del contexto y del objetivo. No está mal usarlo de forma estratégica, pero no todo debe ir en fast forward. Ver una serie para relajarte, por ejemplo, no es lo mismo que repasar una clase. Hay contenidos que merecen ser vividos a su ritmo, porque en las pausas también hay significado.